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22 Los niños estaban sin fuerzas, y de puro agotamiento las mujeres y los jóvenes desfallecían de sed y caían desmayados en las calles de la ciudad y en las puertas.

23 Entonces todo el pueblo, los jóvenes, las mujeres y los niños, se reunieron alrededor de Ozías y de los jefes de la ciudad gritando con todas sus fuerzas, y dijeron delante de todos los ancianos: 24 «¡Que el Señor juzgue quién tiene razón, si ustedes o nosotros! Ustedes nos han causado un grave mal no haciendo las paces con los asirios.

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